Redecora tu casa para este verano con estos consejos.

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El verano está a la vuelta de la esquina y, seamos sinceros, no hay nada como una casa que respire frescura, luz y buenas sensaciones cuando aprieta el calor. No hace falta gastar una fortuna ni meterse en obras imposibles. Con unos cuantos cambios bien pensados, tu hogar puede transformarse en ese rincón veraniego que ves en Pinterest o en las revistas de decoración, pero con tu estilo y sin salirte del presupuesto.

Así que, si estás listo para darle un aire nuevo a tu casa sin perder la cabeza por el camino, sigue leyendo: aquí encontrarás un montón de ideas para redecorar y sacarle todo el partido a tu hogar durante los meses más calurosos del año.

Deja entrar la luz.

Uno de los cambios más potentes (y gratis) que puedes hacer, es simplemente dejar que la luz natural entre a raudales. Si tienes cortinas pesadas, oscuras o muy tupidas, guárdalas hasta que vuelva el frío. Este es el momento de apostar por tejidos ligeros como el lino, el algodón, ya que además de iluminar, también refrescan visualmente el espacio.

Y si no quieres prescindir de la privacidad no te preocupes, siempre puedes elegir estores enrollables translúcidos: aportan intimidad sin la necesidad de apagar la luz y ocupan menos espacio visual, logrando que la habitación se vea mucho más grande.

¿Y si tu casa necesita algo más?

Hay veces en las que, aunque cambies las telas, o pintes alguna pared, sigue habiendo algo que no termina de funcionar: exceso de calor, poca ventilación, sensación de encerramiento… En esos casos, puede que no se trate solo de decoración, sino de dar un paso más.

Es por ello que Geneo nos recomienda apostar por pequeñas rehabilitaciones, ya que éstas pueden marcar una gran diferencia en la comodidad de tu hogar durante la calurosa época del verano. Cambiar unas ventanas antiguas por otras más aislantes, mejorar la ventilación cruzada o incorporar materiales más frescos son gestos que sin duda te ayudarán a ahorrar energía y hacer que tu casa sea más habitable todo el año.

Y lo mejor es que no hace falta meterse en grandes obras: muchas de estas mejoras pueden hacerse en pocos días y con resultados visibles desde el primer momento.

Cambia los textiles, cambia el ambiente.

Pocas cosas transforman tanto como renovar cojines, mantas, fundas de sofá o ropa de cama. Para el verano, el truco está en los colores y materiales: tonos neutros, blancos rotos, beiges, azules claros, verdes agua… todo lo que evoque naturaleza, frescura y calma.

Los tejidos también importan. Evita las texturas cargantes como los terciopelos o las lanas y busca algodones lavados, muselina, lino e incluso mezclas más suaves. Una colcha liviana, unas fundas nuevas para los cojines del sofá y una alfombra de yute o fibras naturales te cambiarán el salón en un abrir y cerrar de ojos.

En verano, no olvides incluir la vegetación en tu decoración.

Las plantas lo son todo en verano, así que si ya tienes algunas lo sabrás; si no, este es el momento de añadir verde. No hace falta convertir tu salón en una jungla; con unas cuantas macetas bien colocadas puedes crear rincones que inviten al relax y al frescor.

Además, hay muchas especies fáciles de cuidar: potos, sansevieria, dracena, o palmas pequeñas. Y si no se te da bien cuidar de las plantas, prueba con eucalipto seco o flores preservadas: dan un toque natural y duran muchísimo.

Y no te olvides del exterior, si tienes balcón, terraza o incluso una simple repisa, unas jardineras bien puestas y un poco de mimo marcan la diferencia.

Dale un toque mediterráneo.

Aunque vivas en el centro de una ciudad, siempre puedes hacer que tu casa tenga ese aire a vacaciones en la costa con algunos detalles que recuerden al estilo mediterráneo.

¿Cómo se consigue? Incorporando azulejos tipo hidráulico, telas con rayas azul y blanco, maderas claras, cerámica artesana, toques en mimbre o ratán, jarrones blancos o conchas y figuras de peces, por ejemplo. Y, por supuesto, añadiendo tonos blancos y azules, ya que no fallan nunca.

También puedes pintar una pared (o una parte) en un tono lavanda suave, o un tono color arena cálido o incluso un azul cielo muy difuminado: le dará profundidad al espacio y transmitirá calma.

Reorganiza el espacio.

No todo es cambiar cosas; a veces, basta con moverlas. El verano invita a espacios más despejados, con menos trastos y más circulación de aire, así que aprovecha para hacer limpieza y deshacerte de todo lo que sobra o no usas.

Mueve los muebles para crear zonas más abiertas y funcionales. Por ejemplo: si tienes el sofá muy pegado a la ventana, intenta colocarlo en otro sitio para que la luz fluya, o libera una pared para colocar un espejo grande que multiplique la luz.

También puedes montar un rincón de lectura con un sillón cómodo, una mesita y una lámpara de pie, ideal para las tardes de verano.

Aromas frescos para un ambiente veraniego.

Cabe destacar que una casa bonita no solo entra por los ojos, ya que el olor es un factor determinante para que un espacio resulte agradable, y en verano todo cambia. Guardamos las velas de vainilla, los aromas intensos y las notas amaderadas para el invierno: es hora de incorporar aromas cítricos, florales o marinos.

Puedes usar difusores, mikados, velas de soja con esencias suaves o incluso preparar ambientadores caseros con agua, aceites esenciales y un difusor en spray. El olor a limón, menta, lavanda o eucalipto es perfecto para refrescar tanto el ambiente como tu mente.

Saca partido a los espacios exteriores.

Si tienes una terraza, patio o balcón, ahora es el momento de hacer magia ahí.

No importa si es grande o pequeño, se puede convertir en tu lugar favorito del verano, con un par de sillas plegables, una mesita baja, unos farolillos solares y un par de cojines de exterior será suficiente.

Y si quieres añadir aún más magia puedes colgar guirnaldas de luces, usar alfombras vinílicas para exterior, colocar una sombrilla u optar por un toldo sencillo… Lo importante es que te invite a salir, tomar algo fresquito, leer o simplemente desconectar al atardecer.

Usa espejos para ampliar y refrescar.

Los espejos son mucho más que un objeto en el que mirarse: bien colocados, pueden dar sensación de amplitud y multiplicar la luz natural, algo que viene de lujo en verano.

Así que te invitamos a que coloques uno grande en la entrada, otro frente a una ventana o uno pequeño decorativo encima de una cómoda. Incluso los que tienen marcos en madera clara o acabados rústicos pueden añadir ese punto de estilo veraniego que estás buscando.

Estilo costero sin complicarte.

El estilo costero está muy de moda y, aunque muchas veces parece algo de casa de playa de revista, en realidad se puede aplicar con pequeños gestos. ¿El secreto? Tonos arena, blancos, toques de azul, materiales naturales y sensación de calma.

Un tartán azul sobre el sofá, unos jarroncitos de cristal con conchas, una alfombra de cuerda o mimbre, y textiles en lino natural pueden darte ese look relajado que tanto apetece cuando suben las temperaturas. Además, si te gusta la decoración DIY, este estilo es muy agradecido para reciclar cosas que ya tengas: pinta unos marcos de fotos, cuelga un remo decorativo, o convierte una caja de fruta en una estantería para el baño: notarás una gran diferencia en tu decoración.

Apuesta por lo natural.

Los materiales naturales son los reyes del verano. Además de quedar bien, también dan una sensación de ligereza y frescura a cualquier rincón. Hablamos del mimbre, el bambú, el lino, el yute, el algodón… Están en todas partes y combinan genial con casi cualquier estilo.

Puedes usarlos en lámparas, cestos, sillas, mesas e incluso marcos de espejos. Además, muchos de estos materiales se pueden encontrar a buen precio en tiendas de decoración o en mercadillos de segunda mano.

Dale una segunda vida a lo que ya tienes.

Antes de lanzarte a comprar cosas nuevas, mira lo que ya tienes. Seguro que puedes reutilizar, transformar o adaptar muchos elementos de tu casa para darles una segunda vida en verano.

Te damos varios ejemplos para que lo veas tú mismo:

Una manta de invierno puede convertirse en funda para el sofá. Un taburete puede hacer de mesa de noche. Unos viejos cojines pueden recibir una nueva funda más alegre. Y si tienes habilidades mínimas de bricolaje, puedes tunear una cómoda o pintar un mueble auxiliar en un color pastel.

Recuerda que el cambio no siempre significa gasto: a veces, solo es necesario un poco de creatividad.

Añade pequeños toques de color.

Aunque los tonos neutros mandan en verano, un par de acentos de color siempre vienen bien para alegrar cualquier estancia. Un amarillo suave, verde menta o un coral pueden aportar vida sin saturar.

Puedes introducir estos colores con accesorios: un jarrón, una vela, una bandeja decorativa, o incluso con unos cuadros con láminas veraniegas. Y si tienes arte (o impresora), también puedes hacer tus propias láminas con frases positivas o ilustraciones botánicas.

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