Conocemos de sobra la importancia de la sal en la cocina. Podríamos decir que es uno de los ingredientes básicos, ya que agrega sabor a las elaboraciones. Sin embargo, sus usos se extienden a un amplio espectro de procesos productivos. Nos sorprendería saber cuánto de importe es la sal para la industria.
Los ingenieros de Humanes Guillen Eurosal, que explotan la salina natural más grande de Andalucía, ubicada en la provincia de Sevilla, nos comentan que la sal se utiliza como descalcificadora industrial, en el forraje del ganado, para el tratamiento de aguas y en el deshielo de las carreteras.
Un artículo publicado en el periódico La Vanguardia señala que la sal era considerado el oro blanco de la antigua Roma. A los soldados de las regiones romanas se les recompensaba con un saquito de sal por su contribución en las campañas militares. De este acto surge la palabra salario. En los mercados de Roma, la sal funcionaba como moneda de cambio. Sabemos, gracias al historiador Tito Livio, que 20 kilos de sal equivalían a un denario. Esos 20 kilos de sal, era la cantidad que consumía en un año un ciudadano de Roma.
En un mundo sin refrigeración, la sal era fundamental para conservar la carne y el pescado para el invierno. Gracias a la sal, el pescado podía trasladarse unos kilómetros más allá de la costa. Con la sal se curtían las pieles y se utilizaba en el proceso de elaboración del vino.
Era tan importante la sal en la antigüedad, que la ciudad de Roma inicia su expansión en el siglo IV antes de Cristo con la intención de dominar las salinas que estaban localizadas en la mitad sur de la península itálica.
El hombre lleva extrayendo sal de la naturaleza desde el Neolítico. Las minas de sal de Cardona, en la provincia de Barcelona, se empezaron a explotar sobre el año 4500 antes de Cristo. No fueron de las primeras, se tiene constancia de que las minas de Poiana Slatinei, en Rumanía, tienen una antigüedad de más de 8000 años.
La sal es un elemento integrante de la civilización humana. Esto se puede apreciar en sus usos industriales. Estos son algunos de los más destacados:
Industria química.
La sal es fundamental para la obtención de cloro y sodio por un procedimiento industrial. Se efectúa mediante la electrólisis. Haciendo circular una corriente eléctrica por un medio acuático con partículas de sal disueltas.
Se emplea también como neutralizador de ácidos y bases, equilibrando el pH de las soluciones en la elaboración de una gran cantidad de productos químicos, entre ellos, la fabricación de cosméticos.
En la producción de gomas también cumple un papel importante, interviniendo en el proceso de vulcanización. Mejorando la elasticidad de materiales como el caucho o la goma procedente de hidrocarburos.
La sal se emplea para concentrar productos químicos, favoreciendo que la solución pierda gran parte de su contenido líquido. De esta manera el producto ocupa menos espacio y se potencian sus cualidades.
Industria textil.
Desde tiempos inmemoriales la sal se ha utilizado en el teñido de telas. Tejidos naturales elaborados con materiales como la lana, el cáñamo o el algodón se tintaban con tintes de origen vegetal o mineral. En el proceso se utilizaba la sal para que la tintura quedara adherida a las fibras y el color permaneciera sólido e intenso, resistente al uso y a los lavados. Aún hoy, se emplea la sal para la fijación de colorantes.
En la actualidad se tintan las telas siguiendo diferentes procedimientos de teñido: teñido por inmersión, teñidos por impresión, teñido con colorantes ácidos… En todos ellos, la sal se emplea como un ingrediente fundamental.
Además de eso, es frecuente que las prendas de algodón, una vez confeccionadas, se traten con sal para evitar que se encojan durante el lavado doméstico. La sal se emplea en los procesos de acabado de muchas prendas textiles. Suavizando los tejidos, y mejorando el tacto y la apariencia de las prendas.
Es habitual utilizar salmuera en la industria textil. Es decir, agua con una alta concentración de sal. De esta manera se eliminan los contaminantes naturales y se abren las fibras para que asimilen mejor el color.
La sal se emplea incluso en el curtido de la piel, ayudando a eliminar la flora microbiana del interior de las pieles y secando el material, para que después se pueda trabajar.
Tratamiento de aguas.
La sal es un estupendo descalcificador del agua. Para ello se emplean pastillas de cloruro sódico, que se obtiene mediante la evaporación al vacío de salmuera. Esta sal tiene un bajo contenido en magnesio y calcio, y es soluble en agua. Al disolverse en los circuitos de agua, elimina la cal existente en el líquido, evitando que obstruya los conductos, impidiendo de esta forma que se produzcan averías en los sistemas y equipos.
Este procedimiento se utiliza tanto para uso industrial, como puede ser una fábrica de celulosa, como para uso doméstico: los cristales de sal que ponemos en el lavavajillas.
La sal marina natural es un producto fabuloso para el tratamiento de aguas en las piscinas. Con ella se consigue descalcificar el agua, para que no dañe los circuitos de depuración y las bombas de la piscina. De esta manera se obtiene una cloración salina del agua.
La sal natural carece de metales pesados y, por tanto, protege cualquier circuito mecánico que opere con agua.
Industria farmacéutica.
En la industria farmacéutica la sal se utiliza para fabricar sueros intravenosos, soluciones de hemodiálisis y en la elaboración de una gran cantidad de comprimidos.
Señala la revista científica mexicana Redalyc, que la solubilidad de una sustancia activa es primordial en la elaboración de la mayoría de los fármacos. Esto significa que la ciencia médica descubre que determinada sustancia puede combatir una enfermedad o aliviar sus síntomas. Sin embargo, es necesaria que pueda ser asimilada por el cuerpo humano para actuar. Es aquí donde interviene la sal.
Para la fabricación de sueros, por ejemplo, necesitamos introducir determinados nutrientes o principios activos directamente en la sangre. Es la sal lo que permite que estas sustancias se disuelvan en el medio acuoso, y no queden depositadas en el fondo. De esta manera podrán introducirse dentro de las arterias, mezclándose con el plasma sanguíneo y lograr su cometido.
En la fabricación de comprimidos, la sal interviene como secante de una solución líquida, permitiendo que se pueda comprimir en polvo o en pastillas sólidas, para favorecer su ingestión. Una vez dentro del cuerpo, facilita su disolución en los fluidos orgánicos, permitiendo que las sustancias activas intervengan en el organismo.
Alimentación animal.
Aunque nos cueste imaginarlo, la sal es un elemento básico en la alimentación del ganado. Evita la deshidratación y facilita la digestión y la asimilación de los nutrientes.
La insuficiencia de sal en la alimentación de los animales genera una disminución del celo y de la fertilidad, al tiempo que produce un malestar en la salud general que se traduce en una peor calidad de la carne y de la leche.
Al igual que le sucede al cuerpo humano, los animales necesitan la sal para tener el organismo hidratado. La sal contribuye, por ejemplo, a equilibrar la composición de la sangre. Al tiempo que aporta sodio, que es un mineral fundamental.
En la prehistoria, el hombre se abastecía de sal por medio de la carne de los animales salvajes que cazaba. En el momento en el que se convirtió en una especie sedentaria, que se dedicaba a la agricultura y a la ganadería, este déficit tuvo que suplirlo añadiendo sal mineral a las comidas.
Algo parecido sucede con los animales domésticos y con el ganado. Al alimentarse con pienso, y no con alimentos naturales, deben suplir la falta de sal por otros medios. También la comida de nuestras mascotas, perros y gatos, contiene sal añadida.
Perspectivas futuras.
El interés creciente por el cuidado del planeta, augura un brillante porvenir a la sal en el panorama industrial.
Algunos estudios científicos han descubierto el valor que tiene la sal en el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía. Reduciendo, con ello, el uso de metales contaminantes como el litio. Sistemas de sales fundidas se pueden emplear como almacenamiento de electricidad en plantas de energía solar. Aún queda mucho por investigar en este campo, pero sin duda, se ha encontrado una interesante aplicación de la sal en el terreno de la energía, reduciendo el impacto medioambiental.
La sal, también ha parecido ser eficaz en la descontaminación de acuíferos infectados con residuos industriales. Algunas corrientes científicas alternativas apuestan por utilizar la sal para secar estos ambientes contaminados y facilitar la eliminación de residuos. Evitando de esta manera que continúen dañando la naturaleza.
El desarrollo de los procesos de desalinización abre la posibilidad de proveer de agua potable a aquellas regiones que presentan escasez de agua. Abasteciendo a las sociedades humanas del líquido elemento y promoviendo el desarrollo de una economía respetuosa con el planeta.
Todo augura que la sal ocupará un papel importante en el desarrollo de una economía más sostenible.