Limpieza y mantenimiento de chimeneas y sistemas de calefacción

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El invierno se acerca y con ello las bajas temperaturas. Para hacer de nuestro hogar uno que esté verdaderamente preparado para la estación más fría del año, es fundamental considerar el tipo de sistema que tenemos y cuáles son las medidas a tomar para que esté 100% funcional. Contrario a lo que muchas personas suelen pensar, no debemos esperar que llegue el otoño o el invierno para en ese momento probar si el sistema funciona o si hay que corregir alguna falla.

El mantenimiento preventivo de los sistemas de calefacción se recomienda que se comience finalizando el verano, en esas semanas en las que el clima es más fresco y agradable. Esto se debe a que durante el otoño las temperaturas bajan considerablemente y en muchos casos es necesario comenzar a utilizar la calefacción.

Cuando hablamos de mantenimiento preventivo de sistemas de calefacción al finalizar el verano, estamos pensando a futuro, tanto a nivel de comodidad, como de inversión de dinero. En los meses fríos, en los que es necesario que la chimenea o los radiadores estén en perfecto estado, son los meses en los que más costoso sale la reparación de estos. La oferta y demanda de especialistas en sistemas de calefacción durante el invierno es elevada y, por ende, mucho más costosa. Mientras que, si hacemos las revisiones y reparaciones necesarias antes de las fechas más críticas, estamos ahorrando dinero.

Sistemas de calefacción y el mantenimiento que necesitan    

Tomando en consideración todo lo que ya hemos mencionado y teniendo en mente que las temperaturas ya están bajando, hemos enlistado los diferentes tipos de sistemas de calefacción y el tipo de mantenimiento que necesitan para que cuando llegue el invierno, no tengamos ninguna emergencia que pueda, no solo complicar nuestra logística diaria, sino también nuestra salud. Para hacer más fácil la explicación sobre el mantenimiento de los diferentes sistemas de calefacción, los dividiremos en diferentes categorías, estos son:

  1. Sistemas de calefacción mediante energía eléctrica

En los sistemas de calefacción que mencionaremos a continuación el mantenimiento es bastante sencillo. Según la normativa legal este es la única clasificación que no requiere revisión de mantenimiento obligatoria, ya que, por lo general, las fallas no son propias del sistema de calefacción, sino de la red electica general y si esta presenta algunos desperfectos. La recomendación es planificar mantenimientos cada 5 años en caso de que se trate de una instalación reciente, o cada 2 años si se trata de equipos más antiguos.

Sistema de calefacción eléctrico por acumulación: Este es uno de los sistemas más utilizados en España. Para conseguir calentar la estancia, la electricidad circula por diferentes resistencias eléctricas logrando que estas generen calor y que el calefactor expulse aire caliente. Es bastante seguro tanto a nivel personal, como a nivel ambiental, puesto que es un sistema libre de gases contaminantes.

Sistema de calefacción eléctrica por convectores: Como en el caso anterior, el calor se genera gracias a una resistencia que, al calentarse, calienta el aire que fluye a su alrededor. Por lo general este tipo de sistemas se recomienda para lugares con temperaturas cálidas o como apoyo de otro sistema de calefacción.

Emisores termoeléctricos: Este sistema de calefacción genera calor gracias a un aceite térmico que se calienta, como en los casos anteriores, mediante una resistencia eléctrica. Este tipo de radiadores no necesita de instalación de tuberías o caldera, lo que significa que no hay que hacer adaptaciones estructurales para su funcionamiento.

Suelo radiante: Este sistema es uno de los más modernos, funciona con la instalación de cables y tuberías bajo el suelo que general calor desde abajo hacia arriba, calentando toda la estancia. En este caso es evidente que se necesitan obras para su correcta instalación y funcionamiento. A su vez es una opción muy segura pues los habitantes no tendrán radiadores o sistemas que manipular, minimizando los riesgos de accidentes.

2. Sistemas de calefacción a gas y agua

En este caso, el mantenimiento profundo si es legalmente obligatorio y por lo general debe realizarse cada dos años, salvo si se trata de sistemas que utilicen gas natural en los que se debe realizar cada 5 años y anualmente en los casos que utilicen gasóleo. El mantenimiento preventivo en estos sistemas es fundamental porque no solo se trata de pasar el invierno sin protección, sino también porque es un problema de seguridad, pues alguna fuga no atendida a tiempo puede resultar fatal.

  • Calefacción de gas: Este es uno de los sistemas más populares en España, por su eficacia. Por lo general este tipo de sistema es utilizado para calefacción, cocina y agua caliente. Si se está en zonas urbanas, es uno de los más recomendables, pero si está en parajes más rurales, puede que no llegue el suministro de gas natural a la zona. Es un sistema que, al ser parte de la red urbana, no requiere de instalaciones especiales o espacio de almacenamiento.
  • Caldera con radiadores de agua: Este es otro de los grandes favoritos. Su funcionamiento se da gracias a la combustión de gas natural en calderas, lo que produce calor. Este es distribuido mediante el agua a las diferentes estancias por medio de radiadores.

3. Calefacción tradicional a leña

En estos casos, si bien son sistemas tradicionales y que por lo general son bastante duraderos, es fundamental hacerles un mantenimiento optimo que minimice el sucio producto de la quema, al igual que el humo y el hollín que pueden afectar la salud de quienes habitan en el hogar. Para ello es necesario una limpieza profunda anualmente. Según los profesionales de TecnoCepillo, el mantenimiento no implica solamente la limpieza del lugar donde se realiza la quema, sino también del ducto. Por ello es fundamental contar con cepillos especiales que raspen la suciedad y que liberen las obstrucciones.

  • La chimenea abierta:  Este tipo de sistema es bastante antiguo y a día de hoy, sigue siendo uno bastante popular. Para su funcionamiento necesitan una gran fuente de oxígeno, por lo que es fundamental una apertura que permita el flujo del aire, el cual es aspirado por el ducto de la chimenea conduciéndolo al exterior.
  • Calderas de leña: Este tipo de sistema de calefacción es igual que el anterior, bastante antiguo, funcionan de forma bastante similar a la de una chimenea metálica tradicional, con la diferencia de que se trata de una construcción que a día de hoy no necesita de demasiadas obras para su instalación. 
  • Chimeneas cerradas: Es una versión mucho más moderna de la chimenea tradicional, con la diferencia de que el sistema se encuentra totalmente encastrado en un hueco de la pared; a nivel de combustión, el proceso es el mismo que en una chimenea tradicional, aunque también existen a gas o eléctricas. el sistema de combustión es el mismo, aunque también pueden ser a gas o eléctricas. Una gran ventaja es que en caso de ser una chimenea a leña, el humo producto de la quema de la madera va directamente al ducto de salida, sin generar hollín que pueda ensuciar la estancia.

4. Bombas de calor

En relación a las bombas de calor, podemos destacar su mayor cualidad y es que es un sistema que genera frío o calor según lo que se necesite. Si bien económicamente son un poco más costosos, a largo plazo es una inversión inteligente puesto que requiere de poco mantenimiento (según los especialistas se debe realizar cada 5 años), además de consumir poca energía eléctrica.

Cuando pensamos en invierno es evidente que pensamos también en la calefacción, si tenemos en mente que ambos van de la mano, y tomamos medidas preventivas para evitar las enfermedades estacionales, así como el Covid-19, es fundamental tomar las medidas preventivas necesarias para que nuestros sistemas de calefacción sean funcionales al 100%.

Creemos importante recalcar que el mantenimiento no solo se trata de una tarea que implique el funcionamiento correcto de los sistemas, sino también buscar la manera de minimizar las posibilidades de accidentes. Cuando pensamos en seguridad, un ejemplo de cómo el mantenimiento preventivo funciona, son los coches. Pues un coche que recibe el cambio de aceite cuando corresponde, que tiene neumáticos en buenas condiciones, que está limpio interna y externamente, y al que se le hacen revisiones periódicas, es un auto que es seguro, lo que lo hace menos propenso a fallar de forma imprevista.

La seguridad de nuestras familias debe ser siempre la prioridad, por ello es fundamental mentalizarnos para planificar un mantenimiento profundo cada cierto tiempo de todos los sistemas de colección de nuestro hogar, de manera que cuando los necesitemos, estos estén funcionales y su uso sea seguro. Sobre todo, si consideramos que el invierno es una época en la que, por lo general se pasa mucho tiempo dentro de casa por las bajas temperaturas.

El invierno es una de las épocas más bonitas del año y si queremos disfrutarla desde la comodidad de nuestro hogar, el mantenimiento de los sistemas de calefacción, es fundamental.

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