Parece mentira cómo ha evolucionado las tecnologías de la comunicación en los últimos veinte años. Y es que todavía recuerdo los teléfonos del tamaño de un zapato del número 45, que pesaban tanto que podías hacer pesas con ellas. También recuerdo el fax, ese instrumento traicionero que podía amargarte una mañana sino funcionaba. Y ¿quién no recuerda los pitidos infernales que salían del teléfono cuando alguien navegaba por Internet?
La tecnología ha avanzado, y ha facilitado mucho nuestra manera de vivir. Y solo hace falta ver cómo han cambiado los hábitos de consumo. Hemos pasado de tener pereza por bajar a hacer la compra, por ser impacientes por el retraso del mensajero. Pero sobre todo ha cambiado la forma de comunicarnos, y es que los smartphones y las redes de alta velocidad, han hecho que sea muy difícil estar aislado (a no ser que la batería de tu móvil diga basta).
Pues bien, el hecho de que la tecnología avance, hasta el punto de depender de ella, es algo que está sucediendo hoy en día. Tanto para empresas como para particulares, estamos sometidos a un flujo continuo de información, que en muchos casos puede llegar a estresar. Y sobre todo el en mundo de la empresa, donde el móvil de empresa tiene que llevarse contigo como si fuese parte de ti.
Algunos puestos importantes de grandes empresas, han llegado a firmar acuerdos que les obligaban a estar disponibles las veinticuatro horas del día, por si había una emergencia. Y no hay que irse hasta unos puestos altos, para ver que trabajadores sin una cualificación muy especial, tenían que estar pendiente del móvil los días libres. Y en muchos casos, sino estás pendiente de los mensajes que te envían, puede haber represarías por parte de la empresa.
La desconexión digital
Según muchos juristas, las comunicaciones constantes fuera del horario laboral, pueden suponer una vulneración de los Derechos Fundamentales de los trabajadores. Pero no sólo suponen una vulneración de Derechos, sino que también generan estrés y ansiedad, porque no existe un momento en el que puedas relajarte, porque puede que entre un mensaje y tengas que hacer otra cosa.
La desconexión digital es una corriente que busca regular el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación, con el fin de garantizar el respeto al tiempo del descanso y de las vacaciones. En algunos países europeos como Francia, ya se ha limitado las comunicaciones entre empresa y trabajador, incorporando el Derecho a desconectarse fuera de las horas del trabajo, en función de la productividad.
A través de una reciente noticia, se ha mostrado que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, está estudiando la posibilidad de crear una norma que ampare la desconexión digital fuera del horario laboral, siguiendo con la estela de la regulación francesa. Esta iniciativa puede ser apoyada por otros grupos políticos, lo que redundará en un verdadero descanso al acabar la jornada de trabajo.
Un sector de trabajadores al que afectará positivamente esta norma, será al de los trabajadores por cuenta propia o ajena, que trabajan desde casa. Estos trabajadores tienen la ventaja de no tener que desplazarse a la oficina, pero tienen que estar totalmente disponibles con el centro, llegando a las situaciones en las que se vulnera el Derecho al descanso.
Conozco el caso de un amigo, que quería emprender trabajando desde casa, y prestando servicios a otras empresas. Gracias a Cacplus, un centro de negocios de Barcelona pudo crear una oficina virtual además de disponer salas de reuniones cuando las necesitaba, tuvo la oportunidad de empezar a trabajar para otra empresa, que actualmente le manda las órdenes para el día siguiente a las diez de la noche. Esto le corta el ritmo de vida, porque en muchas ocasiones tiene que dejar lo que está haciendo para atender el mensaje.
En conclusión, España no se tiene que quedar atrás y tiene que adaptar la legislación laboral para que se reconozca el derecho a la desconexión laboral, de manera que no se vulnere el derecho al descanso y las vacaciones.