Borrás Hermanos, de la tradición al presente

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Estamos ante Borrás Hermanos SL, una empresa de carácter familiar que nació en la España de la postguerra (1955) y que en la actualidad sigue desarrollando uno de los trabajos con más tradición de la zona, la cestería, siendo por tanto una de las empresas de cestería de mimbre que lleva más años presente con su buen hacer.

Lo cierto es que tiene mucho mérito que esta tradición siga presente en la familia y que este noble empleo siga transmitiéndose de padres a hijos, un trabajo duro que luego tiene el resultado tan maravilloso que uno puede ver cuando tiene en sus manos esas bonitas cestas de mimbre que confeccionan.

Existen oficios y objetos que pasen los años que pasen siguen en la brecha, aguantando crisis y no crisis, testimonio de la tradición de una zona que no quiere perder sus señas de identidad. A mí me gusta pasarme por allí de vez en cuando y comprar alguna cesta para familia o amigos, siempre son bien recibidas y sé que, de alguna manera, contribuyo a que la llama de la cestería siga viva.

Existe un componente de recuerdo familiar en las cestas, cuando veo una me acuerdo de mi abuela, que en paz descanse, a ella le encantaban y casi podría decirse que las coleccionaba, aunque luego terminaba regalando la mayoría a las vecinas o a familia cuando venían a visitarla.

El caso es que en esta cestería no solo tienes las típicas cestas de mimbre, cuentan con cestas de navidad, bandejas, los clásicos baúles de madera y mimbre. Mi hijo hace 2 meses terminó sus prácticas en un hotel de la zona y me comentó que la cesta de mimbre en la cual el hotel tiene los caramelos en recepción para los clientes era de Borrás hermanos.

Esperemos que este tipo de negocios no cierren nunca y sigan a través de generación en generación, puesto que es algo muy valenciano. Un pueblo sin tradiciones no es nada y de alguna manera, como decía antes, estos objetos son una manera de acordarnos de lo que somos y del duro trabajo que se ha realizado desde siempre en esta tierra.

Además de mi pasión por regalar cestas, en muchas ocasiones tengo que visitarles para comprar cestitas para el restaurante que tengo en la Pobla de Vallbona, donde tienen mucho éxito y siempre tengo que ir renovando existencias cada cierto tiempo, por desgaste y también, porque siempre terminamos el mes con menos cestas de las que había.

La importancia del recuerdo

A la gente le encanta quedarse con alguna de recuerdo y aunque me moleste que lo hagan, en cierta manera esbozo una sonrisa pensando que, quieren tener un recuerdo de su paso por el restaurante y que además les encantan las cestas.

Admiro a todos los artesanos que no han claudicado a la modernidad y siguen teniendo con vida a todos estos trabajos que cada vez se valoran más, pues son nuestra mejor carta de presentación, la de un pueblo y su tradición.

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